martes, 9 de abril de 2024

Monarkia kanpora! La bipolaridad vasca



 Por Javier Bleda 


Uno de los muchos beneficios de Internet es que se puede escuchar casi cualquier radio en casi cualquier lugar, haciendo que lo que antes estaba allí ahora esté aquí y viceversa. Eso me pasó en la mañana del 8 de abril (24) mientras caminaba en solitario por un lugar hecho a la medida de la divinidad. El canto de los pájaros y el sonido de un riachuelo cercano eran suficientes para llevarme a la reconciliación personal conmigo mismo, algo que no siempre es fácil teniendo en cuenta que soy un Libra muy libre, pero en ocasiones, como en este caso, añadí un toque personal al momento bucólico sintonizando Radio Nacional de España, “La Pública” para los amigos, y escuchar el programa “Las Mañanas” de Íñigo Alfonso. No soy persona equilibrada en el halago entre hombres y mujeres, ya que mi naturaleza indómita me hace tener cierta tendencia hacia lo femenino, pero el caso bien merece una excepción, porque este Íñigo aporta en su quehacer diario la calma necesaria en momentos de estrés casi patológicos de la sociedad. 

En un momento determinado, cuando ya no quedaba mucho para las diez de la mañana en España, una hora menos en Canarias, comenzó a sonar un espacio mínimo en el programa, pero cuyos minutos valen tanto como el canto de los pájaros, y es que cada mañana una persona diferente, gente que sabe de letras, pero también de pensamientos, recita su columna escrita en formato de ondas haciendo que la reflexión necesaria se haga notar durante y, sobre todo, después de la escucha. 

Esa mañana del ocho hablaba Oscar Martínez, periodista del periódico salvadoreño El Faro.net. Ya su voz templada, calmada y, a pesar de ello, no menos contundente, dejaba entrever que a sus cuarenta y pocos era persona curtida en el periodismo hecho a fuego lento en lugares poco propicios a la información veraz. Oscar dejaba claro que las redes sociales le parecían “telarañas cazamoscas” hasta que unos jóvenes le habían hecho saber que, muy al contrario, las redes también son “páginas en blanco” en las que poder plasmar lo sosegado. Sonreí mucho cuando trajo Tick Tock a colación, sugiriendo que tiene nombre de “tiempo que se acaba”, y como periodista me quedé muy pensativo con su argumentación respecto a que “La mayoría de triunfadores en esas redes son mediocres que entendieron que si le das placer al público el sustento informativo vale lo mismo que un tuit, nada”. 

Aprovechando que tengo fresco el concepto de páginas en blanco de las redes que apuntaba Oscar, y a pesar de mi alergia al fútbol a partir de un trauma infantil, en esta ocasión me apetece rellenar mi página en blanco hablando de la Copa del Rey ganada hace unos días por un Athletic de Bilbao inasequible al desaliento. Me pareció impresionante la “invasión” bilbaína de Sevilla para asistir a la final, con o sin entradas, igual que sigue siendo impresionante que la ciudad permanezca en estado de catarsis hasta que la famosa gabarra surque aguas con la copa en las manos de los sin duda héroes locales. 

Sin embargo no deja de llamar mi atención que tanta euforia colectiva se deba al hecho de haber ganado una copa del “Rey”, porque puedo entender que cualquier otro trofeo de los muchos que hay relacionados con el balón puedan llevar a la locura pasajera a una población necesitada de alegrías entre txikiteos, pero no una copa que requiere la presencia de Rey de España en su final, que todo el mundo tenga que escuchar el himno nacional de un Estado que no quieren compartir y que, por supuesto, debe ser recibida de manos de un rey que detestan.  

Me pregunto si toda esta alegría futbolera bilbaína, incluso vasca en su conjunto, no tendrá algo que ver con la bipolaridad, porque dicen los que saben de cosas de la mente que este trastorno se caracteriza por sufrir altos y bajos extremos en el estado de ánimo, como por ejemplo lo puede ser el pasar de la euforia a la depresión, y que la euforia aparece sólo en la fase maniaca, aunque de un estado de ánimo a otro no se pasa muy rápidamente, lo que parece ser hecho a medida en el contexto en el que estamos, ya que se han alcanzado cotas extremas de euforia por vencer en el torneo, pero es posible que no se tarde en retornar a la depresión al volver a caer en la cuenta de que lo que se ha ganado es la copa de un rey que para ellos no cuenta y luego, como antes mencionaba de boca de expertos, volver al estado eufórico no será un proceso rápido, puede que incluso sean necesarios otros cuarenta años. 

Como ustedes pueden comprender, esto de que los vascos no comulgan con quien da nombre al torneo que han ganado no es invención mía, ya que recientemente, en 2023, el lehendakari Íñigo Urkullu, uno de los líderes autonómicos que no viajó a Madrid para la jura de la Constitución de la heredera al trono, dijo en aquellos momentos en el Parlamento Vasco que la monarquía en España es “una realidad anacrónica”, defendió una “reforma constitucional” para “habilitar la posibilidad de optar a la república”, criticó la “inviolabilidad” del Rey y manifestó que “es insostenible que la jefatura del Estado se determine por herencia familiar”. 

Un poco antes, en 2020, Joseba Egibar, portavoz del Partido Nacionalista Vasco, negó en el Parlamento Vasco que el Rey de España lo fuera también del País Vasco, argumentando que “Los vascos no tenemos rey. El rey español no es nuestro rey, ni el padre ni el hijo”. 

También en 2020 hubo gente que, convocada por el Movimiento Republicano y con el beneplácito de EH Bildu, Podemos, Ezker Anitza, PCE, CNT, ELA, LAB y CCOO, se concentraron frente al ayuntamiento de Bilbao, delante del Parlamento Vasco en Vitoria-Gasteiz y en el centro de la ciudad en Donostia-San Sebastián, para reclamar el fin de la monarquía y del régimen del 78 bajo la consigna de “Monarkia Kanpora!”.   

Como es público y notorio, los de Bilbao son gente aparte, incluso aparte de los propios vascos, y para muestra creo suficiente mencionar que al otro lado del Nervión está la antigua sede del que fuera Club de Gordos de Bilbao, fundado en 1953, donde había que ser hombre, pesar más de 100 kg y no hacer deporte para optar a ser uno de sus miembros, y si se pesaba más de 120 kg entonces te convertían en socio de honor.  

Al ser yo gente fina, que no necesariamente delgado, más que con el Club de los Gordos prefiero rememorar Bilbao con la dulzura musical del compositor y violinista Juan Crisóstomo de Arriaga, apodado el “Mozart español”, nacido en 1806 en el número 12 de la calle Somera y fallecido veinte años después, en 1826, víctima de la tuberculosis. El título de su primera obra, compuesta a los once años, podría llevarnos a pensar si esto de la bipolaridad vasca es algo que ya viene de lejos, porque “Nada y Mucho”, además de una genialidad para el alma, nos podría ubicar en el sendero de la depresión y la euforia. 

En fin, quede claro que aunque soy de Albacete estoy enamorado de Bilbao, y la ciudad sabe por qué. Sus calles, además de los gordos, los músicos y los futbolistas, también vieron nacer gente muy especial y que gemebunda como nadie en el éxtasis pasional, igual que gente que parece meditabunda pero que, no tengo la menor duda, me podría dar una buena tunda en caso de coyunda. 

Hay que tener cuidado con estos vascos de Bilbao, de ellos se dice que “Kalean uso, etxean otso”, lo que viene a ser un certificado de bipolaridad en euskera mítico. Ahora bien, lo que nunca les perdonaré es que con toda esta historia de la independencia no quieran llevarse al Rey de Copas y pretendan dejárnoslo en el Estado español. No es justo, estoy indignado, los que están contentos por la copa son ellos, si tuviera delante al capitán del Athletic le diría “Joan pikutara!”.  

Crédito foto: Izquierda Web

domingo, 28 de enero de 2024

García Castellón, el juez del terrorismo mental




por Javier Bleda 


En estos últimos días estoy recibiendo mensajes wasaperos de apoyo al juez García Castellón con la pretensión de que los reenvíe a mis contactos y forme parte de la cadena de favores que lo proteja, Urbi et Orbe, toda vez que hay mala gente que quiere destruir su estado virginal de magistrado inmaculado. No hay duda que la ciudadanía patria todavía se deja llevar por la creencia ancestral de que todos los jueces son buenos e imparciales, y ello a pesar de que la imagen “física” de la Justicia es una señora, o señorita, con los ojos presuntamente vendados y con apariencia de furcia ofreciéndose al mejor postor.  


Esta historia de la adhesión pública al juez García Castellón viene dada por su empecinamiento en hacer creer a propios y extraños que los del Tsunami Democràtic, en lugar de tsunamiteros eran más bien dinamiteros, cuya pretensión única era hacer volar por los aires el Estatut, la Constitución, el Estado y hasta la Corona, que está por encima de todo, como los Inspectores de Hacienda, para hacer pagar a los españoles impuestos aduaneros, y derechos de autor, por el consumo de crema catalana. Ciertamente hay que ser muy cutre, togadamente hablando, para que pasados varios años, cuando ya ni es aplicable el delito de secesión, ahora se saque a colación que en realidad todo esto era una trama terrorista al frente de la cual se encontraba, como no podía ser de otra manera, el señor de Waterloo, antes de Girona. 


Sinceramente, a mí la amnistía me importa un carajo, estoy hasta las narices del temita y si la van a dar, por favor, que sea cuanto antes y a otra cosa mariposa. Incluso la independencia de Catalunya tampoco me quita el sueño, España ya no es un imperio, eso hay que ir asumiéndolo, ni siquiera es un país como tal, porque ni la puta tarjeta sanitaria te sirve entre comunidades sin tener que marear la perdiz, así que igualmente deberíamos darnos cuenta de que vivir en una ensoñación permanente no es de recibo. Y si tenemos en cuenta que, por nuestra mala cabeza como supuesto primer mundo, ahora el segundo y tercero también viven entre nosotros, y que en Catalunya es más fácil encontrar un Pérez que un Solé, pues ya me dirán si esta realidad en la que nos movemos, y por la que tantos golpes de pecho nos damos ante las ofensas, no es más bien una caída en picado en un mundo mátrix, o incluso en una permanente aparición mariana, no tratándose de María, la virgen, sino de la maría de Marruecos. Además, yo siempre he sido un acérrimo defensor de las independencias, de hecho la de Albacete no estaría mal  para recuperar alguno de nuestros históricos nombres primigenios, como el de Al-Basit de los árabes de Al-Ándalus. O el anterior de Celtide, de los cilicios, o Alba, de los romanos, o incluso Alaba, de los celtíberos, y con unos pequeños arreglos ortográficos lo mismo incluso podríamos llegar a decir que también somos vascos y anexionarnos como Navarra.  


Pienso, y esta es mi opinión, que con quien deberíamos enfadarnos no es con los catalanes, porque ellos siempre han sido muy de pedir y ahora no hacen más que estar en su papel histórico. Más bien a quien deberíamos pedir cuentas, o mejor todavía, a quien debería acusar de terrorismo el santísimo juez García Castellón es a Pedro Sánchez, porque si uno de los preceptos de terrorismo es “Subvertir el orden constitucional, o suprimir o desestabilizar gravemente el funcionamiento de las instituciones políticas o de las estructuras económicas o sociales del Estado, u obligar a los poderes públicos a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo” considero, y reitero una vez más que esta es mi opinión, que Sánchez, Pedro, presidente de las Españas por una gracia de Puigdemont, es un terrorista que intenta subvertir el orden constitucional desestabilizando gravemente el funcionamiento de las instituciones políticas, económicas y sociales del Estado, obligando a los poderes públicos a realizar actos, o abstenerse de hacerlos para conseguir su objetivo de alcanzar la presidencia del Gobierno y mantenerse en él.  


Y si no les gusta, o les parece muy fuerte, lo de decir que Pedro Sánchez es un terrorista, a pesar de que manda con puño de hierro atemorizando a sus ministros, su partido y las instituciones del Estado, Casa Real incluida, pues entonces podríamos mirar de rebajar el delito y verlo como un simple prevaricador, aunque a lo mejor quien posiblemente esté prevaricando es la Fiscalía General del Estado por no tomar medidas urgentes ante lo que es una aberración legal de un individuo que, siendo “presidente en funciones”, negocia su sillón con los propios a los que tienen que amnistiar comprometiendo en el chalaneo ingentes cantidades de dinero y leyes que ni existen. Pero claro, ni se le pueden pedir peras al olmo ni tampoco a un Fiscal General del Estado se le puede pedir que muerda la mano que le da de comer. En definitiva, vivimos en un Estado tan putrefacto que lo mismo hasta le pido asilo político a la Generalitat cuando sea el órgano de gobierno de un país independiente. Es más, esta misma noche me agarro el Youtube y me aplico para mejorar mi catalán. 


En fin, voy a ir acabando porque de quien yo quería escribir era de García Castellón y al final me he liado. El juez afirma en sus últimas deducciones jurídicas que esta gente de Catalunya parecían “tener en mente” atentar contra el que era, y por el momento sigue siendo, marido de Letizia. Pero claro, si esto va de imaginar cosas, yo también podría pensar que García Castellón, cuando era juez de enlace en Francia, pudo ser colaborador activo en una operación estratégica ejecutada por el gobierno francés, con la complicidad del gobierno marroquí y la colaboración necesaria de determinados elementos españoles, que veían con buenos ojos frenar la penetración española en Marruecos y la injerencia no solicitada en el eje europeo franco alemán. Y no es que a estos elementos españoles colaboradores les pudiera parecer bien esta historia, pero sabían, porque tito Jacques se lo había asegurado, que después de la movida podrían volver a gobernar en España, como así acabó siendo. Y esto sí que fue terrorismo del bueno, porque murieron casi doscientas personas el 11 de marzo de 2004, y miles quedaron heridas.  


El propio periódico El País, poco sospechoso de ser de derechas, publicó “Sus reflexiones íntimas sobre las relaciones con España (las de taieb Fassi-Firhi, número dos de la diplomacia marroquí), y las de otros dos altos cargos marroquíes -Ahmed el Harchi, entonces jefe de la inteligencia exterior, y Noureddin Benbrahim, número dos de la policía secreta- figuran en una nota de cuatro folios elaborada en octubre de 2002 por la antena en Rabat de la Dirección General de la Seguridad Exterior  (DGSE), el principal servicio secreto francés”. 


Con todo esto no estoy afirmando que el juez García Castellón tuviera una participación activa en esta operación de terrorismo de estados, pero sí que, si tomásemos en consideración su propia manera de actuar de “terrorismo en mente”, sería un buen sospechoso toda vez que, pasado no mucho tiempo de los atentados de Madrid, el Gobierno francés le condecoró con la Legión de Honor por los servicios prestados, igual que también lo hizo uno de los principales beneficiados de las consecuencias políticas de esos atentados, José Luis Rodríguez Zapatero, otorgando al juez la encomienda de Isabel la Católica.  


Ojalá Jorge Dezcallar, que en aquellos momentos era el jefe de los servicios secretos españoles, y dada su edad, antes de rendir cuentas ante el Altísimo (me refiero a Dios, no a Pedro Sánchez) quisiera contar la verdad para irse aliviado al más allá. 

domingo, 21 de enero de 2024

Jaime, lo tuyo parecerá un accidente




por Javier Bleda 

Hay algo que tú y yo, Jaime, tenemos en común, y no se trata de una condición exclusiva, sino que la compartimos con todos los que alguna vez han sido amantes, y es que somos unos auténticos hijos de puta. Si bien es cierto que el hecho de dejarse llevar por las pasiones amatorias es un camino cuyos peligros para el corazón ya dejó perfectamente marcados Goethe, en su libro Werther, no es menos cierto que esos placeres de bipolaridad del alma también provocan un dolor, normalmente insufrible, a quienes permanecen en la ignorancia de la traición hasta que un día, normalmente de nubes grises, descubren el engaño y, con ello, la dura realidad de haber sido estafados con un castillo de naipes habiéndoles asegurado que se había construido con las más duras de las piedras. 

Ahora bien, si ya el hecho de ser amantes encierra, además del epíteto maternal, un oscurantismo que nos medievaliza hasta el punto de llegar a creernos que el derecho de pernada es un club al que se nos permite la entrada, en tu caso, Jaime, contar las intimidades de tu Letizia, reina consorte, rezuma un flujo putrefacto con sabor a venganza rancia. Y no digo yo que la tal Letizia no lo merezca, porque mucho peor que ser infiel es abdicar de sus creencias republicanas por una corona monárquica que la deslumbró, pero incluso tratándose de semejante personaje considero, como triste conocedor del mundo de los amantes, que la caballerosidad debería haber quedado por encima de la rabia. 

Posiblemente, a mi entender, antes de contar lo que ya has contado de la reina, y lo que amenazas con contar, habría quedado mejor hacer pública una nota dejando manifestación fehaciente de vuestra tórrida relación, pero enfocada desde un punto de vista más protocolario, como por ejemplo el comunicado que hizo público Patrick Esclafer de la Rode, secretario en tiempos del infante Don Jaime de Borbón y Battenberg, duque de Segovia y Jefe de todas las Casas Reales de Borbón y de España, quien hizo saber a Emanuela Dampierre, divorciada de Don Jaime, que en su momento formaba parte del círculo, pero que eso ya se había terminado: “La señora Dampierre, divorciada por su voluntad del duque de Segovia en 1947 y casada en segundas nupcias con Antonio Sozzani, no tiene autoridad moral para utilizar ninguno de los títulos de su primer marido, a quien no ocasionó más que infortunios por los escándalos públicos que protagonizó. La indecente veleidad de volver a usar el título que había repudiado obliga a recordar que su única «posición» posible es la del olvido”.  

No tengo la más mínima duda de lo encabronado que debes estar por la forma en que la mujer, la amante, la princesa, y finalmente la reina, ha jugado con tus sentimientos, dándote a entender que su cuerpo era para otro por horas pero su alma era para ti a tiempo completo. Y todo para que luego lo del alma no fuera más que un trampantojo reconvertido en amenazas con la connivencia, como siempre, de un determinado sector de los servicios secretos que están para limpiar estas cosas de las telenovelas reales. 

En todo caso Jaime, y como no puede ser de otra manera, cada cual enfoca sus venganzas como mejor le parece, y si tú consideras oportuno contar hasta los detalles de las bragas reales pues eso es cosa tuya, por mucho que ahora tengas un nuevo movimiento de encolerizados que apuntan al sufrimiento de índole machista de la pobre reina.  

No puedo acabar esta escueta manifestación de preocupación por ti sin advertirte, por tu bien, que hablar de bragas no es lo mismo que hablar de pashminas, como la que portaba tu Letizia en el selfie de apasionamiento desencadenado. Y no sé si sabrás, imagino que sí, que en palacio tienen por costumbre histórica resolver los temas irresolubles de una manera un tanto abrupta, por mucho que las pashminas  sean suaves. Tal vez tu amada te contó algo, si es que lo sabía, de otra pashmina utilizada para suicidar contra su voluntad a alguien allá por 2013, cuando precisamente el matrimonio real hacía aguas por todas partes. En fin, tengo para mí que no es lo mismo poner los cuernos que enterarte que te los ponen. Y te digo esto Jaime, del Burgo para más señas, porque lo tuyo también podría parecer un accidente.  

Nota del autor: *Mario Biondo, no te olvidamos. 

martes, 16 de enero de 2024

De aquellos tiempos de efebo vienen estos lodos. Cosas de Felipe, el Rey



por Javier Bleda

El periódico El Nacional.cat publica que el programa El matí, de Catalunya Ràdio, ha entrevistado a la periodista gallega, Rebeca Quintáns, afirmando que la periodista "Ahora ya habla a cara descubierta" y es "la primera que en pleno 2024 dice que Felipe es homosexual".


"El matí de Catalunya Ràdio ha entrevistado a una periodista gallega, Rebeca Quintáns, autora de libros sobre la monarquía. Lo hace con una excusa floja, sale menos de un minuto en un documental sobre Juan Carlos que se estrena ahora en la TV Alemana. Es evidente que el documental no es el tema, sino que la periodista destripe la Corona. Rebeca Quintans:"Tiene verosimilitud que Juan Carlos esté detrás de la campaña contra Letizia, se hace desde la extrema derecha. Ahora ven que Felipe no les sirve para mucho y le critican. Juan Carlos nunca tuvo buena relación con Felipe y con Letizia fue malísima. Esto, lo de su aborto, todo lo que sale ... Ahora que Leonor es adulta lo más probable es que se divorcien. Saldrán más cosas: amantes de Letizia en plural. De Felipe no sabemos, de su vida íntima hay rumores con pocos datos sólidos. Es un tema muy delicado porque al parecer Felipe es homosexual. Este es un tema muy delicado. Incluso los periodistas si sacan esto se les llamaría homófobos, pero parece que sí, parece que sí. Este es un detalle importante para la imagen falsa que quieren transmitir como familia. La convivencia de Felipe y Letizia está rodeada de dudas, claro que sí". Una mujer que ha temido por las represalias y ha firmado libros con seudónimo. Ahora ya habla a cara descubierta, la primera que en pleno 2024 dice que Felipe es homosexual:



 En fin, no digo yo que Rebeca Quintáns no tenga su mérito (ojo, no confundir con "emérito"), porque cuando de lo que se habla es de la realeza siempre se corren riesgos, no hay que olvidar que, en determinadas circunstancias, la institución monárquica, y todo lo que conlleva, puede llegar a ser incluso más peligrosa que el propio cuerpo de los inspectores de Hacienda, y por extensión, y a veces en complicidad pura y dura, con el de los inspectores de Hacienda en excedencia. Sin embargo, por aquello de hacer honor a la realidad, voy a copiar aquí lo publicado por la revista italiana Gay.it el 16 de enero de 2001, es decir hace ya 23 años: 



EL PRÍNCIPE BUSCA... ¿ESPOSO?

El bello Felipe, hijo de Juan Carlos de España y Sofía de Grecia, está en el centro de las habladurías. Un 'shot' de un semanario: el Príncipe de Asturias es gay. Director despedido.

Bromea con los infantes pero deja en paz a los santos, dice un refrán. Pero parece que en España, además de los santos, los príncipes también son un tema tabú.

De hecho, el simple hecho de haber aireado en un editorial la posibilidad de que el Príncipe Felipe, heredero al trono de España, fuera gay le costó el puesto a Javier Bleda, director del semanario "DIGAME".

El bello y altísimo Príncipe de Asturias (1,91 cm), que el próximo 30 de enero cumplirá 33 años, es el único de los hijos del Rey Juan Carlos I y la Reina Sofía de Grecia que aún no ha subido al altar para regalar a los españoles. una futura reina y heredera al trono, mientras que sus hermanas Elena y Cristina ya tienen dos hijos cada una. Aunque se le atribuyen varios coqueteos, el último de ellos con la top modelo noruega Eva Sannum, ninguno de ellos superó el nivel de los chismes o las portadas de las revistas románticas.

En este punto Javier Bleda, director de una de estas revistas, probablemente la más descarada, deja entrever la posibilidad de que Felipe sea homosexual y que efectivamente son "los medios de comunicación en general los que han sacado a relucir este tema".

Bleda se refiere, por ejemplo, al primer número de la revista gay ZERO en el que se podía leer "...Queremos poner sobre la mesa seriamente la posibilidad de que el príncipe sea gay. ¿Por qué no? No será el final". del mundo o incluso de la monarquía española que quedaría en manos de los hijos de las Infantas (nota del editor: Infanta es el título dado a las hijas del Rey de España) para la sucesión al trono. Sería positivo "Admitir, de una vez por todas, la posibilidad de que el príncipe fuera gay. Lo contrario implica negar los derechos más básicos del ser humano".

Pero no son sólo las publicaciones gay las que hacen este tipo de suposiciones.
El director (hasta entonces) de DIGAME también hace referencia a un artículo del gravísimo "El Mundo" en el que con motivo del presunto coqueteo con la modelo noruega se afirmaba que "...puede ser que todo sea humo pantalla para distraer la atención del verdadero futuro sentimental del heredero".

Además, Javier Bleda recuerda que era el mismo periódico que a principios del 98 había publicado "unas viñetas de humor entre ellas una en la que el príncipe da al Rey buenas y malas noticias: la buena es que se casa, la mala ¡La noticia es que lo hace con Alberto de Mónaco!”.

Otra referencia es la del libro "Un rey golpe a golpe" en el que según Bleda "...lo único que le faltaba al soltero de oro era que la Corte empezara a cotillear sobre él en el mismo tono en que hablan de su colega, el heredero de Mónaco, siempre rodeado de modelos llamativas y de incesantes rumores sobre su homosexualidad, condición absolutamente respetable, pero complicada e incluso peligrosa para aquellos cuyo objetivo en la vida es garantizar la continuidad de la dinastía".

En realidad el editorial era más bien una recopilación de referentes ajenos, lleno de quizás, condicionales y posibilidades, pero el mero hecho de abordar un tema así le costó el puesto a Javier Bleda.

En un comunicado, el editor de la revista, Emilio Rodríguez Menéndez, anunció el despido inmediato de Bleda por "las manifestaciones que hizo bajo su absoluta responsabilidad y engañando al editor y a los miembros de la junta directiva, ya que la línea de la revista de ninguna manera era esa". "Me parece que lo que se ha publicado sobre el Príncipe es aberrante, ofensivo e injurioso".

Y mientras en España el ataque a la heterosexualidad del príncipe Felipe por parte de un periodista se castiga con la decapitación "profesional", en los reinos del norte de Europa hay destacadas figuras políticas que no descartan la hipótesis de un rey gay. Y mientras, por un lado, el ex secretario de la familia real noruega, Carl Grimstad, afirma que "tarde o temprano las monarquías europeas tendrán que aceptar a un rey homosexual", el secretario de Estado de Justicia holandés, Job Cohen, afirma que "incluso los miembros de la familia real holandesa podrá hacer uso del derecho a casarse con personas del mismo sexo". En definitiva, si hay alguien que tiene ambiciones de ser Príncipe Consorte, o se siente Reina, empieza a preparar un armario para las temperaturas nórdicas…".

Por cierto, hablando de todo este tema, el 29 de diciembre de 2022 publiqué esto en mi blog, el que quiera entender que entienda.




En el periódico El Nacional también se puede leer, concretamente en el propio titular, que "La orientación sexual de Felipe empujó a Letizia con Del Burgo según periodista VIP", pero esa ya es otra historia. El hecho de que Felipe fuera más o menos machoman en días alternos no tuvo nada que ver, más bien fue toda una concatenación de acontecimientos que acabaron desencadenando el más duro de los horrores colaterales, al más puro estilo de cómo se arreglan las cosas en la Casa Real desde tiempo inmemorial. Dos pashminas, una historia.

Pronto será 30 de mayo. Sigues en nuestra memoria, amigo.



Enlace a Una historia muy real en mi blog (29/12/2022)



domingo, 14 de enero de 2024

Sandra Mozarowsky, la actriz destape que se vinculaba con el rey Juan Carlos y sufrió una misteriosa caída mortal con solo 18 años


 Algunos sostienen que la joven mantuvo un romance secreto con el rey emérito, Juan Carlos I, y que ese hecho pudo guardar relación con lo que le ocurrió

por Álex Ander*/Revista Lecturas

En septiembre de 1977, con solo dieciocho años, la actriz de cine Sandra Mozarowsky fallecía en la residencia sanitaria Francisco Franco, tras permanecer internada a consecuencia de las graves lesiones cerebrales que sufrió al caer desde la terraza de su vivienda, un segundo piso situado en el número 3 de la madrileña calle Álvarez de Baena, mientras regaba las plantas de su terraza. Su caso conmocionó a la sociedad española de la época y nunca se llegó a esclarecer, pese a que su hermano León intentó sin éxito reabrirlo en varias ocasiones.

De madre española y padre diplomático ruso, Mozarowsky nació en 1958 en Tánger y era la pequeña de tres hermanos. Tres años después de venir al mundo, su familia se trasladó a Madrid, donde ella estudió en el Liceo Anglo-Español. Con diez años intervino en su primera película, ‘El otro árbol de Guernica’ (1969), después de que una amiga de su madre la recomendara al guionista, Pedro Masó, y a los catorce volvió a ponerse delante de una cámara para aparecer en ‘Lo verde empieza en los Pirineos’.

Con dieciséis años, Mozarowsky hizo su primera incursión en el cine de terror, en un filme protagonizado por Paul Naschy, y a los diecisiete era ya una estrella del destape nacional —en algún que otro libro se afirmó que combinaba la actuación con su trabajo en un club de alterne madrileño del que Paco Martínez Soria era copropietario—. “Salía del colegio, se quitaba el uniforme y rodaba películas donde se desnudaba ante hombres que doblaban su edad, como Jos�� Luis López Vázquez o Alfredo Landa”, explicó la escritora Clara Usón, autora de una novela (‘El asesino tímido’) que ficciona la historia de la intérprete.

Aunque soñaba con triunfar como actriz seria, Mozarowsky pasó una temporada ganándose la vida haciendo aquel tipo de películas comerciales y despreocupadas que escandalizaban a su conservadora familia. “Mucha gente quiere herirme”, dijo en una entrevista. “Dicen que soy una presumida, exhibicionista e incluso que no soy actriz y sí ‘tía buena’. De estas equivocadas opiniones son culpables las películas en las que he intervenido, efectivamente como chica mona, agraciada y tal. Ya sabes cómo es esto del cine”.

Hipótesis de todo tipo

La versión oficial afirmaba que Mozarowsky perdió la vida debido a un accidente fortuito, aunque lo cierto es que la barandilla de su terraza era demasiado alta como para que alguien pudiera caer al vacío de forma casual. Algunos medios especularon también con la posibilidad de que en realidad se tratara de un suicidio. “Un taxista, que bien sabría lo que tenía que hacer, que era llamar a la policía porque tenía que haber un atestado, fue el que la llevó al hospital”, aseguró Usón. “No hubo ninguna ambulancia. La autopsia no se hizo pública”.

Ahora, una nueva película titulada 'La última noche de Sandra M.' y dirigida por Borja de la Vega, reconstruye las últimas horas de vida de la actriz, que presuntamente había mantenido un romance secreto con Juan Carlos I. Hay quien ha llegado a asegurar que Mozarowsky estaba embarazada del emérito cuando sucedió la tragedia, y que los servicios de inteligencia pudieron estar detrás de su misteriosa caída. 

“La idea era darle un pequeño susto para que ella, de una vez por todas, pudiera reconsiderar la idea de abortar el fruto que su amante había dejado sin pensar en las posibles consecuencias”, aseguró en su blog el periodista Javier Bleda. “Un bastardo real era lo último que se podía permitir una monarquía recién retomada pero, a veces, estas ideas de hacer poco para conseguir mucho no siempre salen bien, y ese poco pretendido acaba siendo un verdadero desastre cuando la cosa se va de las manos”.

*Periodista especializado en corazón y crónica social